¡Que bién! Llega el Carnaval, las fiesta preferidas de Goyi Veneno. Ya en años anteriores intoxicó y emponzoñó lo que no está escrito, para conseguir meter a capón sus miserables letras en alguna murga y así hacerse notar. Lamentable...
De buena tinta se sabe que este año aprovechará de nuevo este insulso espectáculo para hacer el gracejo e inyectar una dosis de su veneno inocuo, aunque ella crea lo contrario, al respetable. ¿Con que groserias nos intentará divertir Goyi este año? ¿desde luego, como letrista y arreglista es un desastre; tanto como lo es como mandamás del cortejo municipal. Si no hubieran dicho el nombre, podría jurar que ella, en persona, ha sido la autora de la letra del himno nacional que, dicho sea de paso, provoca más vómitos que hermanamiento nacional.
Pues ella, sin vergüenza, se ha lanzado a componer... ¡Ahí es nada! Ya sabemos cuáles serán sus objetivos para lanzar sus dardos envenenados. Calro que lo sabemos. Pero, ¿no le dará vergúenza? Desde luego que no, porque no tiene ni idea de lo que significa esa palabra. Aun más, ¿cómo se habrá dejado manipular un grupo de gente joven para prestarse a cantar las desvergüenzas de la venena? Claro está que de todos es sabido cómo ha funcionado el rodillo de la censura y el control que ella misma ha ejercido sobre las comparsas, para disponer de antemano lo que pueden y deben cantar.
¿A que nos imaginamos ya para quien va a ser el premio? Evidentemente, para la murga que cante la letra que ella ha compuesto, haciendo un exceso de creatividad, inusual en ella porque es básica y previsible como el funcionamiento de un chupete.
Pero esperemos, a que la desfachatez de la inclita compositora llegue a su culmen. No obstante, recuerda, Goyi: no sería de extrañar que vayas a por lana y salgas trasquilada.
Asistamos a otro numerito como los que nos tienes acostumbrados.